Un Mundo sin Peces (The End of the Line) nos muestra los efectos de la demanda desmedida de pescado. La película explora la inminente extinción del atún rojo, ocasionada por la creciente demanda occidental de sushi; el impacto en la vida marina que resulta en una gran sobrepoblación de medusas; y las profundas implicaciones de un mundo futuro sin peces, que desembocaría, con toda seguridad, en una hambruna a gran escala.

Durante dos años de rodaje, The End of the Line – Un Mundo sin Peces sigue al infatigable periodista de investigación Charles Clover en sus enfrentamientos con políticos y dueños de restaurantes de renombre a quienes parece importarles poco que el futuro de su profesión esté igualmente en peligro. Lo acompaña uno de sus aliados, Roberto Mielgo, ex pescador ahora dedicado a desenmascarar casos de pesca ilegal.

Rodada en todo el mundo – desde el Estrecho de Gibraltar, pasando por las costas de Senegal y de Alaska, hasta la lonja de pescado de Tokio – con la participación de científicos de primer orden y pescadores locales, The End of the Line – Un Mundo sin Peces es una señal de alarma al mundo.

El final de los alimentos del mar para 2048

Los científicos prevén que si continuamos pescando al ritmo actual, los peces y los crustáceos se habrán agotado en 2048. The End of the Line – Un Mundo sin Peces revela:

  • la aniquilación de la población de bacalao más abundante del mundo en las costas de Terranova y sus impactos sociales;
  • la inminente extinción del atún rojo, provocada por la creciente demanda en el mundo occidental de sushi;
  • las actividades de un número minoritario de empresas que, con una flota de pesqueros equipados con la última tecnología, están ganando cantidades ingentes de dinero y saquean nuestros recursos;
  • la destrucción de la forma de vida de comunidades de pescadores locales;
  • los desequilibrios que causa la desaparición de especies y el impacto de la superpoblación de medusas sobre la vida marina;
  • el despilfarro que supone devolver anualmente al mar siete millones de toneladas de peces muertos, capturados con redes de arrastre, al no tener salida comercial;
  • la incongruencia de establecer unas cuotas pesqueras muy por encima del nivel de regeneración, y muy por debajo de los niveles de pesca ilegal que se dan en la realidad;
  • y el mito de cierto tipo de piscifactorías como solución al problema.

La película señala como responsables a los pescadores que violan las cuotas pesqueras y pescan de forma ilegal, a la industria pesquera mundial que no reacciona ante el desastre que se avecina, a los políticos que hacen caso omiso a las advertencias de los científicos, y a los consumidores que compran especies amenazadas.

The End of the Line – Un Mundo sin Peces propone soluciones viables, pero la voluntad política y el activismo resultan fundamentales a la hora de resolver este problema internacional. Debemos controlar la pesca reduciendo el número de barcos pesqueros en el mundo, protegiendo grandes áreas de los océanos a través de una red de reservas marinas en las que esté prohibida la pesca, y educando al consumidor para que compre pescado de pesquerías certificadas como sostenibles.

“Hemos de dejar de pensar que nuestros océanos son una fábrica ilimitada de alimentos y ser conscientes de que se trata de entornos marinos enormes y complejos. Debemos actuar ahora para proteger el mar de la sobrepesca desenfrenada e incontrolada a fin de que haya pescado en el mar para nuestros nietos y biznietos”, dice el autor del libro Charles Clover.

“La sobrepesca es el gran desastre medioambiental del que la gente no ha oído hablar”, comenta el productor George Duffield. “Esperamos que este documental realmente haga saltar la alarma. Podemos solucionar este problema si empezamos ya mismo”.

“Leer el libro The End of the Line – Un Mundo sin Peces me ha cambiado la vida y lo que como. Espero que la película tenga el mismo efecto sobre los demás”, declara la productora Claire Lewis.

Imagina un océano sin peces.
Imagina una alimentación sin pescado.
Imagina las consecuencias globales.
Éste será nuestro futuro si no nos detenemos, pensamos y actuamos.

Un mundo sin peces - The end of the line