La Escuela Asturiana de Surf os detalla a continuación la noticia publicada ayer miércoles, 22 de julio, en el diario El Comercio, en relación a un delfín atrapado desde hace mas de tres meses entre los diques del nuevo superpuerto asturiano.
Los trabajadores de la obra de ampliación de El Musel tienen un nuevo compañero desde el pasado mes de abril. Se trata de un delfín listado que entró en la lámina de agua de la obra en compañía de otros diez ejemplares, nueve de los cuales salieron a mar abierta poco después. Este delfín se quedó en la zona de la ampliación junto con otro compañero, que murió el pasado mes de junio. Desde entonces, permanece solo en la zona de la obra sin que sea capaz de encontrar la salida hacia el Cantábrico y, lo que es peor, los especialistas aseguran que es imposible ayudarle.
Poco después de que se avistara el delfín, los responsables de la Autoridad Portuaria de Gijón se pusieron en contacto con Cepesma para que se hiciera cargo de los animales y trataran de guiarlos a alta mar. Pero no es posible.
Los grupos ecologistas Maeva, Coordinadora Ecoloxista d’Asturies y Green han solicitado reiteradamente el rescate del animal, ante la posibilidad de que fallezca, como le ocurrió a su compañero. Estos grupos creen que el animal puede tener alterado su sónar para salir de la zona portuaria, debido a los ruidos y explosiones propias de los trabajos. De no poder rescatarlo, los responsables de estos grupos consideran que se trata de «una sentencia de muerte» para este delfín.
«Es imposible»
El problema es que «no hay posibilidad humana. Es imposible sacarlo porque se trata de una zona muy amplia y no podemos acorralarlo. La única solución es que salga por sus propios medios, lo que también es difícil, porque lleva un par de meses solo», asegura Luis Laria, presidente de Cepesma, quien añadió: «Se trata de un lugar donde tiene abundante comida, así que la única posibilidad es que termine saliendo él».
Laria asegura que se trata de «una circunstancia más de las obras de El Musel, en las que se producen daños», pero lo extraño es que cuando entraron en la zona los once ejemplares, nueve salieron sin problemas. Sí hubiera sido factible sacarlos a la mar si, por el contrario, se tratara de un grupo más grande de delfines, «porque entonces sí que los podríamos acorralar. Al ser uno solo, se sumerge y se vuelve para atrás. No se mueve de la zona en la que está».
Estrés
Se trata de un ejemplar joven, al igual que su compañero fallecido. Aunque no se le pudo hacer la autopsia, por haber sido recuperado el cadáver en un avanzado estado de descomposición, los expertos comprobaron que «no parecía tener ninguna enfermedad, sino que probablemente murió de estrés». Cepesma no escatima esfuerzos en recuperar estos animales y descarta anestesiar al delfín. «Quienes lo proponen no saben lo que dicen. Si el animal queda inconsciente, se va al fondo y acaba muriendo. Si hubiéramos visto la menor posibilidad, lo hubiéramos sacado», concluyó Laria.
Fuente: El Comercio
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