Con el primer salto desde el monte Ulvetanna de la Antártida el escalador y saltador Base ruso de 45 años Valery Rozov marca otro hito en su extraordinaria carrera como deportista extremo. Una preparación de dos semanas a 30 grados bajo cero y escaladas de dificultad extrema precedieron a la expedición.

No hay en la tierra otro lugar tan apartado y extraño como las montañas de Drygalski. Algo mágico atrajo al deportista extremo Valery Rozov a este lugar situado en la Tierra de la Reina Maud de la Antártida Oriental. Aquí las montañas parecen colmillos depredadores asomando desde el interior de un hielo de mil metros de profundidad. Rozov eligió el más espectacular y uno de los más difíciles, el Ulvetanna (que en noruego significa diente de lobo), para escalarlo y saltar desde su cumbre.

En los últimos años los saltos BASE del moscovita han suscitado enorme expectación en todo el mundo. Por ejemplo, saltó desde el monte Elbrus, de 4.600 metros de altura, o por último al interior de un volcán activo en Kamchatka.

En su proyecto más reciente, el Red Bull Antarctica Project, Rozov no solo ha sido el protagonista, sino también ha dirigido el equipo compuesto por ocho miembros procedentes de Rusia, Serbia, Suiza, y Turquía.

Primero volaron desde Sudáfrica a la estación de investigación rusa Novolazarevskaya, y desde allí, en una pequeña avioneta de transporte, continuaron hasta los pies de los montes Drygalsky, a unos 200 km. “Me sentía como un cosmonauta en una estrella remota”, describe Rozov el escenario, con temperaturas de hasta 30 grados bajo cero y 24 horas de luz del día.

Tras prepararse durante dos semanas Rozov escaló los 1.000 metros verticales de la pared del Ulvetanna acompañado por su compañero de cordada Alexander Ruchkin y el fotógrafo de montaña Thomas Senf. Al despegarse de la cumbre, planeando con su traje de alas primero flanqueó durante 45 segundos la pared de roca y, una vez abierto el paracaídas, aterrizó de manera segura.

Puesto que debían esperar al avión y las condiciones eran inesperadamente estables, Rozov atacó espontáneamente a otras dos montañas, el Tungespissen (2.277 m) y el Holtanna (2.650m), la única montaña de la Antártida desde la cual había saltado previamente un saltador BASE.

De vuelta a Sudáfrica el “escalador BASE” hacía un balance casi inmejorable: “Ha sido como viajar a un planeta remoto, unido con un sentimiento de felicidad permanente”.

*BASE son las siglas de los puntos desde donde salta el practicante de esta variante extrema del paracaidismo: B por Buildings (edificios), A por Antenna (torres y antenas emisoras), S por Span (por ejemplo, puentes), E por Earth (rocas o montañas).

Valery Rozov en un salto base en el monte Ulvetanna en la Antartida