El reputado naturalista José María Fernández Díaz-Formenti, presenta este próximo jueves, “Redes, en las estaciones“, una magnifica serie de instantáneas que reflejan el paso de las estaciones, con su flora y fauna en su máximo esplendor por el Parque Natural de Redes. Tú cita en la Escuela Asturiana de Surf, jueves 23 de noviembre, a las 20:00h en la C/ Ezcurdia 62 en Gijón.
“Exponatura”, es nuevo ciclo de exposiciones dedicadas a la naturaleza, a lugares remotos, donde somos capaces de alcanzar nuestra perspectiva real, de lo que nos rodea y de lo que somos; una iniciativa integrada dentro de las distintas actividades que se desarrollan en la escuela, que retrata los momentos mas intimistas de excelentes profesionales que buscan esos lugares que todavía guardan el misterio para satisfacer a aquellos que saben verlo y son capaces de entenderlo.
SINOPSIS REDES
“El parque natural de Redes se encuentra en los valles del alto Nalón, en plena cordillera Cantábrica. Entre sus valores naturales se encuentran zonas de alta montaña, ríos, valles, roquedos y matorrales, pero sobre todo sus extensos bosques, principalmente de hayas. El lugar es uno de los enclaves predilectos del autor en Asturias. Allí tiene una cabaña desde hace 20 años, que utiliza como base de operaciones para sus salidas a los montes del parque. En esta exposición el autor nos muestra la riqueza natural de Redes siguiendo el hilo argumental que marcan las estaciones del año, y como estas renuevan el paisaje y los ciclos de la vida cada pocos meses, afectando a sus pobladores animales y vegetales.”
AUTOBIOGRAFÍA JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ DÍAZ – FORMENTI
Aunque soy médico de profesión, especialista en estomatología, mi pasión en todo mi tiempo libre es la Naturaleza, y lo lleva siendo desde mi infancia y adolescencia. Por entonces los fantásticos documentales de “El Hombre y la Tierra”, del irrepetible Félix Rodríguez de la Fuente me marcaron para siempre, como a muchos otros naturalistas de mi generación.
Por fortuna, vivo en una región privilegiada desde el punto de vista de su paisaje y naturaleza: Asturias, en el norte de España, es una región en la que las montañas de la cordillera Cantábrica discurren frente a un mar Cantábrico, frío y bravío. Es tierra de bosques caducifolios de hayas y robles, de grandes montañas calizas y silíceas, de valles verdes y fértiles, de ríos, torrentes y cascadas, de acantilados haciendo frente al mar, de playas, rías y estuarios que acogen a importantes contingentes de aves migratorias. Es un verdadero paraíso para un naturalista residente en Europa, aunque lamentablemente las crecientes (e injustificables) restricciones de acceso en amplias extensiones, a las que los políticos se han aficionado tanto en los últimos años, terminarán por hacerla una naturaleza “enlatada” para su disfrute. Producto de mis semanales salidas por la naturaleza de Asturias he escrito 8 libros, varios de gran formato.
También en mi infancia y adolescencia descubrí Sudamérica, a partir de ciertos libros y músicas (Andes) que también me marcaron para siempre.
Desde entonces llevo estudiando las antiguas culturas del área andina (incas, chimús, moches, nazcas, Paracas, tiwanaco,… etc.), y por supuesto algo que les era indisoluble: la naturaleza que les acompañaba, y que hoy persiste. En 2009 se cumplieron 30 años desde mi primer viaje a Sudamérica, cuando con 15 años viajé al Perú para participar en un concurso cultural en la TV peruana. Aquello fue el principio de una insaciable necesidad de volver. Desde entonces he regresado prácticamente todos los años (12 viajes al Perú, 3 a Ecuador, 3 a Bolivia, 3 a Chile, 2 a Argentina, 8 a Colombia, 2 a Venezuela, etc.), pero también recorrí la mayor parte del Caribe, y bastantes zonas de México, América Central, EEUU, Canadá, e incluso Groenlandia.
Es mucha la gente que siente la famosa “llamada de África”. En mi caso no siento esa llamada, pero sí la de Sudamérica, y con tanta fuerza que siempre estoy pensando en cuando y dónde volver a sus selvas, desiertos o montañas. Me encanta su naturaleza inigualable, su variedad de paisajes, sus antiguas culturas, su historia, su arte… pero sobre todo su gente maravillosa: el trato con ellos me hace volver relajado a España y, más importante aún, con la estantería de mi escala de valores recolocada y ordenada.
Producto de mi pasión por los viajes en general y por Sudamérica en particular, pude realizar algunos viajes un tanto especiales, como los de “Aventura 92” (2º y 3º viaje de Colón, cruzando el Atlántico), o el “Circuito Nororiental del Perú” (de la costa a la Amazonía, por las selvas de los Chachapoyas). Pero además desde hace unos años comencé a colaborar en las publicaciones de la UNESCO, principalmente en la revista World Heritage/ Patrimonio Mundial y en la enciclopedia de igual nombre. Para mí esto fue una experiencia fabulosa, que me permitió viajar a zonas remotas del planeta, cuya valía les había hecho merecedoras del titulo de “Patrimonio Mundial”. Gracias a esta colaboración pude visitar desde el norte de Japón hasta Tierra del Fuego, pasando por Tailandia, Escandinavia, centro Europa, Islandia, Groenlandia, y, como no, América. En esa revista colaboré no sólo con fotos, sino incluso con algunos artículos escritos. Lamentablemente, también la crisis económica parece haber afectado a la UNESCO, y la revista de Patrimonio ha cambiado su línea editorial. Desde entonces sigo viajando, ahora de nuevo por libre…
Fruto de tantos años de naturaleza y viajes, he acumulado un archivo muy variado de decenas de miles de imágenes. Quiero aclarar que no soy, ni me siento realmente “fotógrafo”. Mi prioridad en la naturaleza no consiste en obtener las mejores imágenes, para luego comercializarlas. Mi prioridad es el estudio, la observación y el disfrute de la naturaleza. La fotografía comenzó siendo para mí un apunte de campo o un recuerdo del viaje, pero sí es cierto que desde muy pronto quise que esos encuentros, vivencias, etc. quedasen recogidos en imágenes de calidad, que permitiesen ser publicadas para transmitir esas vivencias a otras personas. Así que empecé a tomar las imágenes con equipos y técnicas profesionales, pero como indiqué en la primera línea de esta ya larga presentación, no me gano la vida con las fotos, y me siento más naturalista que fotógrafo.
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