La adrenalina es la hormona de la acción que te genera la euforia;  y que mejor que el Highlining o Skylining para disfrutar de la misma en una mezcla de deportes como el montañismo, el slackline (cuerda floja) y el salto de B.A.S.E., que el virtuoso Sébastien Montaz-Rosset refleja en «I Believe I can Fly (flight of the frenchies)«,  donde los franceses Tancrède, Julien, Seb y Antoine son capaces de volar caminando por una cuerda floja entre enormes acantilados en Noruega, consiguiendo con esta actividad en los que son pioneros nuevos límites.

El documental titulado “I Believe I can Fly” que significa: «Creo que puedo Volar», les llevó desde su hogar en Chamonix a su campo de entrenamiento en el desfiladero de Verdon, a probara los límites del objetivo final que consiguieron en localizaciones entre rascacielos y fiordos entre Paris y Noruega.

Con este documental queda más que demostrado que, como en el Highlining, aún quedan muchas cosas por hacer en los deportes de acción y que el riesgo lo llevan realmente hasta el límite.

¡Los meses de entrenamiento condujeron a los Skyliners a intentar su sueño de libertad completa… la libertad de vuelo!

Highlining o skylining en creo que puedo volar